
Para todos mis amigos, deseo el doble de lo que me han dado a mi durante este 2010
Feliz año nuevo para todos!!!
Sólo hay una cosa que me puedo imaginar
más terrible que la muerte de mi hijo No haberlo siquiera
conocido."
Para terminar esa sesión le regalé a cambio, este
viejo cuento que amo: Cuentan que había una vez un señor que
padecía lo peor que le puede pasar a un ser humano: su hijo
había muerto. Desde la muerte y durante años no podía dormir.
Lloraba y lloraba hasta que amanecía. Un día, cuenta el cuento,
aparece un ángel en su sueño. Le dice: - Basta ya. - Es que no
puedo soportar la idea de no verlo nunca más. El ángel le dice: -
¿Lo quieres ver? Entonces lo agarra de la mano y los sube al
cielo. - Ahora lo vas a ver, quedate acá. Por una acera enorme
empieza a pasar un montón de chicos, vestidos como angelitos,
con alitas blancas y una vela encendida entre las manos, como
uno se imagina el cielo con los angelitos. El hombre dice: -
¿Quiénes son? Y el ángel responde: - Estos son todos los chicos
que han muerto en estos años y todos los días hacen este paseo
con nosotros, porque son puros... - ¿Mi hijo está entre ellos? -
Sí, ahora lo vas a ver. Y pasan cientos y cientos de niños. - Ahí
viene -avisa el ángel. Y el hombre lo ve. radiante como lo
recordaba. Pero hay algo que lo conmueve: entre todos es el
único chico que tiene la vela apagada y él siente una enorme
pena y una terrible congoja por su hijo. En ese momento el
chico lo ve, viene corriendo y se abraza con él. Él lo abraza con
fuerza y le dice: - Hijo, ¿por qué tu vela no tiene luz?, ¿no
encienden tu vela como a los demás? - Sí, claro papá, cada
mañana encienden mi vela igual que la de todos, pero ¿sabés lo
que pasa?, cada noche tus lágrimas apagan la mía.